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El otro día lo comenté en facebook y la verdad es que es cierto:

Que duro es entrenar sin ganas

La verdad que lo duro es salir, porque una vez vences “el salir por la puerta” poco te puede parar, ya que llega un momento en que tienes que seguir entrenando para volver a casa.

Eso es lo que me paso el otro día, no me apetecía salir, ya que estaba haciendo un frío de la leche, una humedad tremenda y eran las 20 horas. Las condiciones apuntaban a quedarse en casa, calentito haciendo cualquier cosa desde el sillón.

Pero cuando decidí salir a pesar de las buenas condiciones climáticas de mi casa, fue por experimentar la sensación de grandeza cuando vuelves de ese entrenamiento.

Así que me puse capas, no muchas que corriendo enseguida te agobia todo, y salí. Cuando llegué al río, dije voy hasta el Palau y vuelvo. Pues cuando estaba en el Palau, dije joder y ahora para casa¡¡¡¡¡¡

Sin pensarlo o mejor intentando pensar otras cosas fui poco a poco, metiendo el entreno y los minutos como tocaba.

Total 45’ corriendo y una sensación de grandeza terrible cuando entré por casa.

1,2,3 GOOOOOO¡¡¡¡¡¡¡